lunes, 10 de febrero de 2014

DIGITAL LOVE

Cuándo fue la última vez que conocimos a una persona del sexo opuesto (o similar) con fines de entablar una relación amorosa y solicitamos su número telefónico? Qué aprendimos de memoria este número y que realizamos una llamada al mismo? En qué momento formamos vínculos y relaciones con mensajes digitales y haciendo uso sin medida de letras tecleadas desde un ordenador o desde nuestros teléfonos inteligentes? Cuándo dejo ser un amor físico frontal para ser un amor digital?

La tecnología da pasos acelerados junto con nuestra forma de comunicarnos y estamos dejando a un lado todo aquello que podía suceder entre 2 personas en un frente a frente; nos hemos convertido en una caricatura de comunicación. Además, hemos intercambiado todo lo presente, por un puño de inmediatez innecesaria, aunque, al final, el resultado sigue siendo el mismo, formar lazos fuertes de comunicación con nuestros semejantes.

Todo lo tenemos al alcance de un dedo, todo lo podemos hacer desde cualquier lugar y momento; podemos describir el paisaje donde nos encontramos, la canción que escuchamos y hasta las noticias que son interesantes, ya no hacemos uso del "boca a boca" ahora todo sé simplifica a "compartir, retwittear, seguir, gustar y stalkear". Nos hemos apoyado tanto de las redes sociales y de la tecnología, que nos hemos convertido en discapacitados de emociones. Aclaro que no es mala la tecnología o que debamos dejarla a un lado, lo que quiero explicar es que no es el mismo sentir en todos los aspectos a cuando no usábamos la tecnología para auxiliarnos, usamos muletas de tecnología.

Hago uso de la palabra tecnología a diestra y siniestra, me auxilio de ella para escribir esto y para todas las cosas de la vida; si logra que la vida tenga más facilidades pero cada día perdemos más la habilidad para encontrar e investigar nuestro entorno, para experimentarlo y asimilarlo, analizarlo y actuar. Hace tanto tiempo que no memorizo el teléfono de alguien, vaya el mío no lo recuerdo en ocasiones, estamos en un jugar crítico.

La tecnología llegara en un punto en el que no será necesario que tengamos una relación física, lograra que nos olvidemos del entorno y que todo nuestro mundo gire en nuestros dispositivos móviles; el amor que deseemos mostrar sólo será para ese aparato y lo que contiene dentro, perderemos el sentido ante los pequeños detalles que la vida nos invita a experimentar y nos basáremos únicamente en las experiencias que tengamos electrónicamente y en ocasiones, a distancia. La tecnología nos acorta las distancias pero nos hace incapaces para mostrar todo lo que podemos sentir de esa distancia.

Ya no deseamos experimentar los amaneceres, una taza de café, una buena canción o descubrir a un buen grupo, enterarnos del mundo o simplemente reír un poco, ahora, todo queremos que sea en una imagen, un video, un perfil o que alguien lo publique; ya no deseamos vivir afuera para sobrevivir por dentro... De un dispositivo con conexión a internet.

Her de Spike Jonze es una muestra tan clara de este futuro tan distante pero cotidiano en esta actualidad; una persona que pasa la mayoría del tiempo pegado a su dispositivo móvil y haciendo que su mundo sea más sencillo pero a la vez tan complicado para relacionarse con el mundo exterior y que opta por quedarse encerrado en una utopía que puede ser maravillosa pero que no es el verdadero fin del existir; Her muestra la soledad que es el ser humano al pensar que la inmediatez del momento debe durar un instante (hasta que alguien haga una actualización de lo que sea) cuando ese momento debe durar siempre; indica lo errónea que es la idea de pensar que por tener miles de seguidores o que todos comenten algo en tus fotos, eso te haga importante porque a fin de cuentas la realidad es que todo es virtual; muestra la fragilidad del ser humano ante la tecnología y como nos refugiamos en ella pensando que no estaremos solos; indica lo patético que es creer por sobré todas las cosas que la tecnología nos promete la eterna felicidad desde la comodidad del otro lado del cristal que es nuestra pantalla.

Her cuenta una historia de amor en los tiempos de las redes sociales, hasta podríamos decir que es una historia de amor en los tiempos de la tecnología, pero la realidad es que es un cuento en los tiempos donde dimos fin a los sentimientos presentes y actuales... Un tiempo donde la tecnología supero al amor, el tiempo donde dejamos de ser humanos y convertirnos en un amor digital.

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