lunes, 10 de febrero de 2014

FIRST SONG

La conciertos ocupan un lugar importante para cualquier persona que tiene a la música como su aliada para las batallas que enfrenta con el día a día, la música es compañera y cómplice de las mejores historias, de los mejores pasados y de los absolutos presentes, la música es el necesario.

Cualquiera que sea nuestro gusto musical, todos disfrutamos ver a nuestros grupos y cantantes preferidos en un directo, nos agrada escucharlos y apreciar los trucos que realizan; es mejor apreciarlos en el momento que ejecutan sus instrumentos, el instante donde crean las atmósferas, lugares, situaciones y melodías: los vemos cobrar vida y ser uno con la canción que representan; es mejor escucharlos así y tener esas sensaciones y esa complementación que es hacerse uno con ellos. Algunos su sonido es mejor en disco o en archivo, pero eso no es el tema importante.

Acudí a un concierto después de mucho tiempo de no asistir a alguno (y porque nadie como la última compañía y como el último, pista? El grupo tiene 2 X en su nombre) se convirtió en lo más complicado para mi, tuve tantas dificultades en mi estadía en ese lugar y que van desde escuchar a la banda abridora más olvidable que había escuchado en mi vida, hasta las tan marcadas diferencias de las personas presentes. No recuerdo si antes mi intolerancia era como ahora, seguro los tiempos han cambiado, las personas y sus creencias, los grupos, el momento que se vive en el país o simplemente soy una persona insoportable e intolerante, podríamos inclinar el resultado a la última pero creo los amantes de conciertos de la vieja escuela estarían a favor de otros puntos; tiempo atrás (no queridos lectores, no soy un anciano, tengo 32 años) acudir a un concierto y conseguir boletos era una labor titánica, pasar la noche afuera de las taquillas del lugar (para evitar el cargo injusto del "amo de los boletos") y ser de los primeros en tener el ansiado y codiciado boleto, ahí y en esas filas se hacían amigos y se compartían gustos, palabras, conocimientos, fotos, etc Se interactuaba entre los fans más fieles y posteriormente, esas amistades eran nuestras compañeras para los conciertos, hacíamos amigos en la fila de espera.
Ahora cualquiera puede conseguir boletos y más si cuenta con un trabajo estable y una tarjeta de crédito o tiene el dinero de sus papás para gastarlo como si este fuera eterno; todos tienen acceso a internet y pueden comprar en línea unos boletos que jamás verán impresos en ese papel tan amado por los viejos, todo es en línea y "desde la comodidad de tu asiento", esto mato a las filas y a la interacción entre fans verdaderos; ahora seas o no seguidor del grupo, los conciertos (con el paso del tiempo) se convirtieron en el "pasar lista social", si tenías el boleto ó demostrabas que estuviste en ese concierto, ya tenías el respeto de todos y creo estar consciente que esto se inició cuando esos robots y su pirámide vinieron, cuando Daft Punk toco en nuestra casa.

Los conciertos perdieron esa etiqueta de personales y se transformaron en el patio de la escuela de paga, donde todos se conocen y están en el receso, donde todos tienen que hablar o hacer cualquier cosa pero menos darle atención al momento; a eso tan bajo llegaron los conciertos, miles de niños y niñas acaparaban los mejores boletos para únicamente contar que estuvieron ahí y sin saber que canciones ejecuto el grupo puesto que estaban tan "perdidos" que ya no se enteraron pero lo importante es que estaban ahí; el fan con pocos recursos, que sabe toda la historia del grupo y no pudo conseguir boletos hace 2 cosas, 1 es acudir a la reventa y con todo el dolor de su cartera dejar ir parte del dinero que tenía o nunca ha tenido y la otra opción es quedarse en casa e imaginar como habrá estado el concierto (ahora con internet se entera al momento de todo, fotos, setlist, chistes) pero nunca siente a la banda en vivo, la pierde ahí.

Los conciertos dejaron de ser el lugar para apreciar a la banda ejecutar sus instrumentos, dejarnos sorprender por la magia que tienen, demostrarnos que tienen los tamaños para subirse a una tarima y hacer que tengan nuestra total atención; dejaron de ser el lugar a donde acudíamos a presenciar un espectáculo, en el cual debíamos guardar un solemne silencio y preservar en nuestra memoria lo visto, guardar el mayor de los respetos hacia los que estaban arriba realizando piezas musicales, interactuando con nuestro interior para después contarlo a lujo de detalle a nuestros conocidos e incluso a nuestros hijos;  los conciertos murieron como evento o forma de expresión y tomaron (o los llevaron a) el disfraz de "fiesta social".

Dieron paso al "yo estuve ahí" para borrar el "fue el recital de mi vida", es una lástima que hayan llegado a este punto, ahora, los conciertos se ven desde una mini pantalla la cual registra todo o guarda en video el suceso para después apreciarlo de forma pixeleada con gritos o intervenciones no esperadas, con tomas fuera de foco o con directores perdidos y que sólo buscan tener el momento; es una lástima que hayamos llegado a tal momento, ya nadie vive la experiencia o siente el instante, ya nadie aprecia lo vivido.

Están los borrachos que pierden todo sentido de la realidad y dejan pasar todo, están las niñas y niños que hablan de sus desventuras sociales y los que presumen sus viajes o fiestas anteriores; están los que cuentan como les fue en el fútbol o los que declaran su situación amorosa mientras esta la canción que esperaban, y entonces yo digo, esta bien tener las canciones en disco o cualquier otro formato para escucharlos en casa o en fiestas y tomar incontrolablemente entonces ahí podemos gritar, cantar y todo lo que se les ocurra, pero cuando este el grupo en persona, por favor, aprecien el momento porque no sabemos si volverá a ocurrir.

Esta noche Diego García entregó todo lo que tiene para México, el ama este lugar y lo hizo notar al regalar una canción que no tenían montada pero que realizaron de forma por más que espectacular; por favor, dejen todo atrás y estén presentes en el instante mismo de la vida, por favor guarden este momento en su memoria y no en un dispositivo donde con el tiempo tendrán que borrar vídeos o fotos para su próximo evento, dejen que los profesionales tomen las fotos y el video, dejen la borrachera para otro día porque si ya pagaron para ver un espectáculo pues entonces véanlo y por favor no hablen, tienen más horas y días para hacerlo pero no hoy; tantos borrachos, tantos gays demostrando su fiesta y tantas niñas y niños hablando de todo, tantas personas tirando su vaso porque sí y ensuciando el lugar, por favor quédense en casa y no acudan a estos pocos conciertos, con todo esto sólo demostramos que no merecemos espectáculos tan agradables como el de hoy, demostramos que ya no tenemos valores y cultura, demostramos que somos nada, pobre juventud, pobre cultura, pobre país, pobre momento...

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